Ha llegado el verano y con él comienza la temporada de consumir alimentos y bebidas fresquitas, como pueden ser los helados, granizados, o frutas tropicales o de temporada.
Es entonces cuando empiezan a surgir de nuevo los problemas de sensibilidad dental que durante el invierno han estado «dormidos».
¿Qué es la sensibilidad dental?
Es un dolor más o menos intenso que se produce como respuesta a un estímulo externo, el cual puede ser producido por una sensación térmica o un ácido que entra en contacto con una zona concreta de los dientes que se llama dentina.
La dentina es la capa inmediatamente posterior al esmalte y se encuentra en exposición cuando el esmalte se ha desgastado o fracturado, dejando así a la dentina en contacto con cualquier sensación que haya en la boca.
Causas
A continuación vamos a enumerar las posibles causas que pueden generar sensibilidad dental:
Caries dental.
Exposición radicular por retracción de la encía, es decir, parte de la raíz está expuesta y no cubierta ni por esmalte ni por encía.
Una técnica de cepillado incorrecta y agresiva.
Enfermedades del tracto digestivo como el reflujo, vómitos… cuyos ácidos erosionan el esmalte y lo destruyen dejando la dentina expuesta.
Patologías periodontales (piorrea) que están generadas por un acúmulo excesivo de sarro y que al introducirse en la encía provocan retracción de la misma.
Bruxismo, el cual provoca un desgaste del esmalte, desprotegiendo así los túbulos dentinarios que son receptores de la sensibilidad dental.
Algunos tratamientos dentales, como ciertos empastes o reconstrucciones pueden ocasionar una sensibilidad dental puntual o pasajera en la gran mayoría de los casos.
Una dieta rica en alimentos que contienen ácidos como pueden ser: piña, tomate, vinagre…
¿Cómo combatirla?
Como factor fundamental es importante no dejar acumular sarro sobre los dientes y encías.
Los cepillos dentales para aquellos pacientes que tienen sensibilidad dental deben de ser de cerdas suaves para evitar un cepillado demasiado agresivo. También es preferible que el cepillo elegido sea manual en vez de eléctrico, para que el paciente tenga mayor control de la técnica de cepillado.
Los dentífricos deberían de ser específicos para sensibilidad dental y con una cantidad de flúor y de nitrato potásico adecuada. Algunos dentífricos tienen componentes que podrían ser más «erosionantes» para dientes sensibles e incrementar así su sensibilidad dental. Es importante también combinarlo con un colutorio específico para sensibilidad dental como coadyuvante.
Acondicionar la dieta a las nuevas circunstancias. No consumir contrastes térmicos ni tampoco alimentos o bebidas que lo pueden ocasionar. Los zumos de naranja o limón con moderación y siempre con una correcta higiene dental posterior.
Si la sensibilidad ha venido generada por el bruxismo es vital corregir el apretamiento dental para evitar que siga ocasionando más fricción y desgaste. Si buscas información sobre tratamientos alternativos que ofrecemos para el bruxismo infórmate aquí. Las férulas de bruxismo sólo pueden ayudar a relajar la musculatura durante la noche.
Preguntas frecuentes
¿Se puede eliminar para siempre?
Dependerá de la causa que la origine, si es por una caries, en el momento que la trates lo normal es que desaparezca. Pero si lo que ha ocasionado la sensibilidad dental es un desgaste del esmalte, la única opción que tienes es utilizar de forma crónica un buen dentífrico y colutorio que ayuden a remineralizar el esmalte y cierren los túbulos dentinarios. Usar este tipo de productos por tiempo prolongado no genera ningún problema a largo plazo. Ante la duda de cuál es el más recomendado nuestro equipo de higienistas te asesorará en tu revisión e higiene dental.
¿Puedo cepillar los dientes normalmente?
Claro que sí, con los productos adecuados y siempre con agua templada para que sea más agradable.
¿Puedo realizarme limpiezas dentales si tengo sensibilidad?
Sí, nuestro equipo de profesionales realizará tu procedimiento con las medidas necesarias para que no haya ninguna molestia.
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